Se cree que el término municipal de San Miguel de Valero ha sido habitado desde la prehistoria por poblaciones nómadas que seguían el curso de los ríos Duero y Tajo. Esta teoría se confirma gracias al hallazgo de restos de cerámica y dólmenes, y pinturas en las paredes de las cuevas de esa zona. También se encuentran restos de murallas y construcciones de defensa.
El origen del nombre del pueblo se cree que viene del nombre romano Valerio, lugar donde se situó una villa en esa época. La segunda parte del nombre llegaría en el siglo XVI, tras la edificación de la iglesia, dando lugar al nombre completo: San Miguel de Valero. En el pasado de San Miguel (Edad Media), destaca la batalla entre los musulmanes y Don Rodrigo en el Castillo de este término, llamada Batalla de Segolluela, dando origen a la creación de la leyenda de la Reina Quilama.
Posteriormente, en la Edad Media es repoblado por los reyes leoneses pasando a formar parte del cuarto de Peña del Rey de la jurisdicción de Salamanca, dentro del Reino de León.
A finales del siglo XV, se edifica la iglesia a las afueras del pueblo, este hecho demuestra el desacuerdo de religión entre la población. En el siglo XVII, este municipio sufrirá guerras y crisis económicas y demográficas, pero pasará a depender del duque de Béjar, que formará el marquesado de Valero con los terrenos de Valero, El Endrinal, San Miguel, Los Santos, Frades y Tornadizo. En el siglo XVIII el pueblo, como todos los demás, pudo comprar su libertad al duque.
En el siglo XIX llamó la atención la baja población del pueblo, pero había que tener en cuenta el paso de la Guerra de la Independencia por esta zona. Esta caída demográfica se vio recompensada tras la II República, trayendo un crecimiento de la población que supuso una sobreexplotación de los recursos de la sierra. Con la creación de las actuales provincias en 1833, San Miguel de Valero fue incluido en la provincia de Salamanca, dentro de la Región Leonesa.
Fte: Wikipedia
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