Todo comienza con la colocación de la Cucaña, que es amenizada por la charanga con un pasacalles vespertino, música previa al pregón que abrió definitivamente el fuego festivo.
Tras el pregón realizan un concurso de tortillas y postres, preludio de la merienda popular y la verbena nocturna que estuvo a cargo de una orquesta.
El siguiente día amanece con una tradicional alborada y tamborilero, tradición añeja, como lo es la misa y procesión en honor al santo patrón del municipio, San Bartolomé, motivo y excusa para disfrutar de estos días grandes.
A mediodía los mayordomos ofrecen a los presentes un convite, mientras que por la tarde, celebran una Feria de Artesanía. La noche la llena de fiesta y música la Orquesta.
Un nuevo día amanece con un pasacalles que desembocó en la populosa y suculenta paellada para todos. Por la tarde las atracciones hinchables y la fiesta de la espuma pusieron a los niños y niñas como protagonistas de los festejos. El grupo musical se encargó de poner música a la noche.
Las fiestas de Molinillo finalizan con la Merienda de la Churra y posteriormente una gran chocolatada.
Fuente: entresierras (adaptado)
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